Seguramente en varios momentos del año escolar, percibes el agotamiento académico; físico y mental de la comunidad educativa. Los docentes están cansados, el equipo administrativo muestra alta fatiga, los niños están ansiosos e incluso los padres de familia se muestran preocupados o inquietos. Y las incapacidades médicas aumentan.
Muchos profesionales en salud mental coinciden en que el estrés y la depresión son el pan de cada día en los colegios, debido a que en el colegio convergen personas muy diversas en edad y estilos de vida. A esto se suma el proceso de desarrollo emocional que viven los niños, niñas y adolescentes que requieren un esfuerzo y comprensión adicional de la institución.
Cómo evitar el agotamiento académico
A esta clase de agotamiento se le conoce como el burnout académico, el cual se reconoce como un trastorno prolongado que se caracteriza por el agotamiento que afecta directamente la capacidad y la motivación relacionada con el estudio, lo que con el paso del tiempo provoca un bajo rendimiento y aprendizaje que al final de cuentas afecta física y mentalmente.
¿Cómo puedes identificar que existe este cansancio en tu comunidad y en especial en los estudiantes?
Mantente alerta y con los ojos bien abiertos para identificar algunos síntomas que resultan ser de los más comunes como:
- El estudiante empieza a sentir agotamiento frecuente, que no se va nunca por más descanso que tenga.
- El cuerpo empieza a sufrir de tensiones lo que conlleva algunos dolores de cabeza, musculares y en la mandíbula.
- Presenta baja motivación para realizar las actividades en las aulas de clase
- Manifiesta tener enfermedades a causa del estrés o la ansiedad
- Comportamiento irritable ante los demás compañeros
- Falta de creatividad ante los trabajos y proyectos.
- No cumple con las entregas a lo largo del periodo académico
- Se siente aislado de la clase.
- Llora o se muestra irritable con facilidad
- Le cuesta ser empáticos con las actividades del colegio
Causas del agotamiento académico
Las causas son diversas, van desde la presión por mostrar altos desempeños académicos, problemas familiares por la presión que se ejerce frente a los resultados académicos, problemas de adaptación escolar, dificultades de relacionamiento que hacen que el trabajo escolar sea más difícil.
Muchas veces, en los colegios se siente la gran presión por ser el mejor estudiante de la clase y esto puede producir que estos síntomas se eleven y se manifiesten de manera rápida.
Tristemente, lo único que produce esta presión en los estudiantes es que el lugar que debería ser seguro, de diversión y de aprendizaje se convierte en el más tormentoso para ellos.
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Así que, la comunidad como sistema de autorregulación, requiere generar ambientes más colaborativos y menos competitivos, donde el esfuerzo, la estrategia y la persistencia sean valorados y se disminuya la dicotomía de cumple o no cumple y se traslade a modelos evaluativos orientados al aprendizaje significativo, multicausal, currículos menso fracturados y se piense que los momentos educativos muestran procesos y no solo resultados.
